Debido al crecimiento del trabajo remoto, los especialistas e investigadores se han enfocado fuertemente en encontrar nuevas maneras de aumentar la productividad laboral. Esto es así porque, debido a que los empleadores, al estar distantes de sus empleados, ven interrrumpido el proceso de monitoreo y prefieren conocer los métodos que aseguran comodidad y productividad aún trabajando desde el hogar. Después de todo, es normal sentir miedo cuando los empleados se encuentran en sus casas, ya que allí existen muchísimas distracciones que podrían afectar el rendimiento.
Más allá de que las investigaciones demuestren que es más que posible ser óptimo desde la remotidad, hay que entender también que los empleados primero son personas. Lo que funciona de manera sencilla para unos puede ser un poco más difícil para otros. Por ejemplo, mucha gente necesita más tiempo para poder concentrarse debido a que están rodeados de muchas distracciones o tienen una tendencia a procrastinar.
Aprender a trabajar desde casa puede ser algo que se le de natural a algunos y otros necesiten más tiempo. La idea es poner en práctica ciertos pasos estratégicos que te ayuden a, poco a poco y a tu ritmo, convertirte en un trabajador más productivo.
Optimizá tu rutina de trabajo
Uno de los mayores problemas de trabajar desde casa es la tendencia a procrastinar. Además, la ruptura de tu rutina diaria puede no ayudar mucho con esta tendencia. Muchas personas están acostumbradas a levantarse, prepararse y viajar al trabajo. Cuando trabajas desde tu casa, la línea que separa el hogar del trabajo se difumina y eso puede ser confuso.
Sin embargo, podés poner en práctica ciertos pasos para lograr marcar nuevamente esa diferencia. Una manera de hacer esto es, siempre y cuando sea posible, empezar y terminar de trabajar al mismo horario. Además, podés también hacer el esfuerzo de arreglarte y vestirte de la misma manera que lo harías si tuvieras que ir a trabajar y no quedarte en pijama el día entero.
Aplicar estos pequeños detalles a tu rutina diaria y laboral ayuda, a la larga, a mentalizarte de tal manera que mejorará tu concentración en torno a tus actividades laborales.
Optimizá tu espacio laboral
El espacio en donde desarrollás tus actividades puede tener mucho impacto en tu productividad, justamente por eso quienes tienen negocios invierten tanto en el diseño del mismo. Estos principios aplican de la misma manera al hogar y es necesario que estés realmente cómodo y a gusto en donde sea que elijas trabajar.
En primer lugar, debés identificar qué partes de tu casa te generan más distracciones. Por ejemplo, podés llegar a sentirte tentado a trabajar en tu living o en tu habitación, pero ahí también suele estar la televisión, las consolas de juegos u otro tipo de artefactos de entretenimiento que pueden alejarte de tu objetivo principal. Lo mejor es mantenerse alejado de esas áreas y encontrar un ambiente más bien tranquilo.
En segundo lugar, debés pensar en el ruido. Identificar las partes de tu casa en donde haya más silencio para poder concentrarte mejor.
Si bien la flexibilidad es una de las mejores cosas de poder trabajar desde casa, en algunos casos es conveniente armar un lugar ideal de trabajo y mantenerlo lo máximo posible.
Optimizá tu equipo y herramientas de trabajo
Otra cosa muy importante a tener en cuenta es el correcto funcionamiento y optimización de tu equipo de trabajo y las herramientas que necesitás para llevarlo a cabo. Es decir, si bien, por ejemplo, podés trabajar desde una tablet o un smartphone, lo mejor y más cómodo sería que tuvieras una PC o una laptop. Incluso hay trabajos que requieren la posesión de una buena pantalla, en ese caso es importante que inviertas en ella.
Por otro lado, la comunicación es muy importante también. De hecho, según un informe de Holmes en base a las encuestas de 400 corporaciones estadounidenses e inglesas, las empresas que tienen un mal funcionamiento en sus redes de comunicación pierden un aproximado de $62 millones por año, mientras que las que tienen una red fuerte suelen prosperar.
Es por esto que el uso de buenos auriculares, micrófonos y webcams es de suma importancia en el desarrollo de tu ambiente laboral y tu productividad. Además, debés asegurarte de siempre poder ser contactado a través de tu teléfono, mensajes y videollamadas. Cuanto más fácil sea contactarse entre todos, mejor será la productividad.
Optimizá tu comportamiento
Una vez tengas tu rutina, tu espacio y tu equipo optimizado, lo único que resta es cambiar ciertos comportamientos y hábitos adoptando algunos que sean compatibles con tu capacidad productiva. ¿Trabajás mejor en silencio o con música? ¿Qué tipo de música podría ayudarte a concentrarte más?
Por otro lado y siendo este uno de los puntos más importantes: ¿Estás tomando los suficientes descansos o, por el contrario, estás tomando muchos? Muchos descansos pueden llevarte a perder el ritmo. Pero, muy pocos pueden subir tus niveles de estrés haciéndolos perjudiciales para tu salud.
Además, a veces es bueno alejarse de, por ejemplo, sitios web que no tienen nada que ver con lo que estás haciendo. En todo caso, navegar por internet puede ser una pequeña recompensa en tus descansos que te ayude a completar tus metas con mayor entusiasmo.
En fin, alcanzar excelentes niveles de productividad no es una tarea imposible, solo requiere de entrenamiento y depende de vos. Empezar por optimizar tu rutina, tu espacio, tu equipo y tus hábitos es elemental para crear tu nuevo día a día.
Tratá de evitar distracciones innecesarias y enfocarte en las actividades que aumenten tu productividad y ganas de trabajar. Todos tenemos hábitos y preferencias distintas en cuanto a nuestro desarrollo laboral cotidiano, está en vos encontrar y acomodar los tuyos.
Desde WeRemoto esperamos haberte ayudado con estos consejos y puedas encontrar tu propio equilibrio.