ENEAGRAMA TIPO 7

Visión General del Tipo Siete

Hemos nombrado a este tipo de personalidad El Entusiasta porque los Sietes se entusiasman por casi todo lo que capta su atención. Abordan la vida con curiosidad, optimismo y un sentido de aventura, como “niños en una tienda de dulces” que miran al mundo con anticipación extasiada, esperando todas las cosas buenas que están a punto de experimentar. Son audaces y vivaces, persiguiendo lo que quieren en la vida con una determinación alegre. Tienen una cualidad mejor descrita por la palabra yiddish “chutzpah”—una especie de descaro audaz.

Aunque los Sietes están en el Centro de Pensamiento, esto no es inmediatamente aparente porque tienden a ser extremadamente prácticos y están comprometidos en una multitud de proyectos en cualquier momento dado. Su pensamiento es anticipatorio: prevén eventos y generan ideas “sobre la marcha”, favoreciendo actividades que estimulen sus mentes, lo que a su vez genera más cosas para hacer y pensar. Los Sietes no son necesariamente intelectuales o estudiosos según ninguna definición estándar, aunque a menudo son inteligentes y pueden ser ampliamente leídos y altamente verbales. Sus mentes se mueven rápidamente de una idea a otra, haciendo que los Sietes sean dotados para el brainstorming y la síntesis de información. Los Sietes están exaltados por la ráfaga de ideas y por el placer de ser espontáneos, prefiriendo panoramas amplios y la emoción de las etapas iniciales del proceso creativo a profundizar en un solo tema.

Devon, una mujer de negocios exitosa, comparte con nosotros algunos de los funcionamientos internos de su mentalidad de Siete. “Definitivamente soy una persona de listas. No es realmente por la memoria, ya que tengo una gran memoria. Es más para descargar información para que mi mente no gire en torno a ella. Por ejemplo, estaba en un concierto donde las entradas eran difíciles de conseguir y muy caras. No podía permanecer sentada. Mi mente me torturaba con las cosas que necesitaba hacer. Finalmente, tuve que levantarme e irme. Esto fue muy molesto para la persona con la que fui y me perdí un buen espectáculo.”

Los Sietes frecuentemente están dotados de mentes rápidas y ágiles, y pueden ser aprendices excepcionalmente rápidos. Esto es cierto tanto en su habilidad para absorber información (idiomas, hechos y procedimientos) como en su capacidad para aprender nuevas habilidades manuales: tienden a tener una excelente coordinación mente-cuerpo y destreza manual (mecanografía, tocar el piano, tenis). Todo esto puede combinarse para convertir a un Siete en el "Renacentista" por excelencia. Irónicamente, la amplia curiosidad de los Sietes y su capacidad para aprender rápidamente también pueden crearles problemas. Porque son capaces de adquirir muchas habilidades diferentes con relativa facilidad, se les hace más difícil decidir qué hacer con ellos mismos. Como resultado, tampoco siempre valoran sus habilidades como lo harían si tuvieran que luchar para adquirirlas. Sin embargo, cuando los Sietes son más equilibrados, su versatilidad, curiosidad y capacidad de aprendizaje pueden llevarlos a logros extraordinarios.

La raíz de su problema es común a todos los tipos del Centro de Pensamiento: están desconectados de la guía interna y el apoyo de su naturaleza esencial. Al igual que con los Cincos y los Seises, esto crea una profunda ansiedad en los Sietes. No sienten que sepan qué hacer o cómo tomar decisiones que serán beneficiosas para ellos mismos y para los demás. Los Sietes enfrentan esta ansiedad de dos maneras. Primero, intentan mantener sus mentes ocupadas todo el tiempo. En tanto los Sietes puedan mantener sus mentes ocupadas, especialmente con proyectos e ideas positivas para el futuro, pueden, hasta cierto punto, mantener la ansiedad y los sentimientos negativos fuera de la conciencia. Del mismo modo, dado que su pensamiento se estimula con la actividad, los Sietes se ven obligados a estar siempre en movimiento, pasando de una experiencia a la siguiente, buscando más estímulos. Esto no quiere decir que los Sietes estén "girando en el vacío". Generalmente disfrutan siendo prácticos y concretando cosas.

Frances, una consultora de negocios exitosa, suena más enérgica de lo que humanamente es posible, y aún así, es una Siete típica:

"Soy altamente, altamente productiva. En la oficina, estoy alegre y mi mente funciona a su mejor nivel. Podría crear varias campañas de marketing para un cliente, trabajar en el esquema para un seminario próximo, hablar sobre un problema difícil con un cliente por teléfono, cerrar dos tratos, hacer una lista de proyectos, dictar algunas cartas y levantar la vista para ver que son las 9:30 a.m. y mi asistente está llegando para comenzar nuestro trabajo del día."

En segundo lugar, los Sietes enfrentan la pérdida de la orientación Esencial utilizando el método de "prueba y error": prueban todo para asegurarse de saber qué es lo mejor. En un nivel muy profundo, los Sietes no sienten que puedan encontrar lo que realmente quieren en la vida. Por lo tanto, tienden a probar todo, y en última instancia, incluso pueden recurrir a cualquier cosa como un sustituto de lo que realmente están buscando. ("Si no puedo tener lo que realmente me satisfará, de todos modos me divertiré. Tendré todo tipo de experiencias, de esa manera no me sentiré mal por no obtener lo que realmente quiero.")

Podemos ver esto en acción incluso en las áreas más triviales de sus vidas cotidianas. Incapaz de decidir si quiere helado de vainilla, chocolate o fresa, un Siete querrá los tres sabores, solo para asegurarse de no perderse la elección "correcta". Tener dos semanas para unas vacaciones y el deseo de visitar Europa trae un dilema similar. ¿Qué países y ciudades visitar? ¿Qué sitios ver? La manera de lidiar con esto para un Siete será incluir tantos países, ciudades y atracciones diferentes en sus vacaciones como sea posible. Mientras se apresuran tras experiencias emocionantes, el verdadero objeto del deseo de su corazón (su Rosebud personal, por decirlo de alguna manera) puede estar tan profundamente enterrado en su inconsciente que nunca sean realmente conscientes de qué es precisamente.

Además, a medida que los Sietes aceleran su búsqueda de lo que parece ofrecer libertad y satisfacción, tienden a tomar peores decisiones, y les es menos posible estar satisfechos porque todo se experimenta indirectamente, a través del denso filtro de su actividad mental acelerada. El resultado es que los Sietes terminan ansiosos, frustrados y enfurecidos, con menos recursos disponibles para ellos física, emocional o financieramente. Pueden terminar arruinando su salud, sus relaciones y sus finanzas en su búsqueda de la felicidad. Gertrude está ocupada estableciendo su carrera y familia ahora, pero mira hacia atrás en cómo esta tendencia contribuyó a que tuviera un comienzo difícil en la vida.

"No había nada que hacer en casa o en el pequeño pueblo sureño en el que crecí. Estaba deseando salir de allí e ir a un lugar más emocionante. Cuando tenía 16 años, comencé a salir con alguien y antes de que me diera cuenta quedé embarazada, pero el padre no quería casarse conmigo, lo cual estaba bien porque yo tampoco quería casarme con él. No pasó mucho tiempo antes de que encontrara a alguien más, y nos casamos, y me mudé a una ciudad más grande. Pero realmente no funcionó como quería porque después de tener al bebé, nos separamos y tuve que volver a casa. Me quedé allí un año o dos para estabilizarme. Cuando las cosas se veían sombrías, me casé con alguien más. Tengo 19 años ahora y supongo que ya he hecho mucho."

Por el lado positivo, sin embargo, los Sietes son personas extremadamente optimistas—exuberantes y alegres. Están dotados de una vitalidad abundante y un deseo de participar plenamente en sus vidas cada día. Son naturalmente alegres y de buen humor, no tomándose a sí mismos demasiado en serio, ni nada más por el asunto. Como hemos visto, el Deseo Básico de los Sietes es estar satisfechos, felices y realizados, y cuando están equilibrados dentro de sí mismos, su alegría y entusiasmo por la vida afectan naturalmente a todos a su alrededor. Nos recuerdan el puro placer de la existencia—el regalo más grande de todos.
(de La Sabiduría del Eneagrama, p. 262-264)