By: weremoto
July 10, 2023

¿Cómo identificar y abordar los problemas que pueden estar impidiendo el rendimiento de tu equipo?

Como en otros ámbitos de la vida, no podemos elegir a las personas con las que trabajamos o colaboramos. En el entorno laboral, a menudo nos agrupan en equipos con personas que tienen diferentes competencias, personalidades y maneras de trabajar, con el objetivo de complementarnos y lograr resultados grupales satisfactorios.

Si bien muchos equipos pueden encajar y trabajar de manera eficiente y efectiva, a menudo hay equipos que no están sanos y no funcionan correctamente. Comprensiblemente, esto tiene un efecto devastador no solo en el rendimiento empresarial, sino también en la cultura y el bienestar de las personas involucradas.

Es por eso que el modelo de “Las cinco disfunciones de un equipo” de Patrick Lencioni se ha convertido en uno de los favoritos para trabajar con equipos de trabajo, líderes y directivos.

Este modelo presenta una pirámide de cinco dimensiones esenciales para un equipo en funcionamiento: Confianza, Conflicto, Compromiso, Responsabilidad y Resultados. Si el equipo no funciona correctamente, significa que una de estas dimensiones está en falta.

En el ámbito laboral, la colaboración en equipo es esencial para lograr resultados exitosos. Sin embargo, existen desafíos que pueden obstaculizar el rendimiento y la efectividad de un equipo.

Patrick Lencioni ha desarrollado un modelo que identifica cinco problemáticas interrelacionadas que perjudican la productividad de un equipo:

1. Falta de confianza

La confianza es el cimiento de un equipo sólido. Si los miembros del equipo no confían entre sí, se crea un ambiente en el que no pueden ser honestos y transparentes, lo cual afecta la comunicación y la toma de decisiones fundamentadas.

2. Miedo al conflicto

El conflicto, lejos de ser algo negativo, puede ser una herramienta poderosa para los equipos. El debate saludable y constructivo permite explorar diferentes perspectivas y llegar a soluciones más creativas y efectivas. Sin embargo, el miedo al conflicto impide que se expresen ideas contrapuestas y limita el crecimiento y la innovación.

3. Falta de compromiso

El compromiso es fundamental para el éxito de cualquier equipo. Cuando los miembros no se alinean detrás de las decisiones tomadas, se generan divisiones internas y falta de compromiso con el plan acordado. Esto afecta la ejecución y el logro de los objetivos compartidos.

4. Falta de responsabilidad

La responsabilidad individual y colectiva es otro pilar importante. Si los miembros del equipo no se sienten responsables de sus acciones y no se responsabilizan mutuamente, se crea un entorno donde el incumplimiento de tareas y la falta de rendición de cuentas se vuelven comunes.

5. Falta de atención a los resultados

Por último, la atención a los resultados grupales es esencial para el éxito del equipo. Cuando los miembros solo se enfocan en sus metas individuales y no se preocupan por los resultados colectivos, se pierde la sinergia y se generan divisiones internas que afectan el desempeño general.

Te invito a analizar más profundamente al equipo que liderás o con el que trabajás. ¿Algunas de las conductas mencionadas son familiares en tu equipo?

– Mantener ocultas las debilidades y errores entre los miembros del equipo.

– No pedir ayuda u ofrecer un feedback constructivo.

– Dudar en ayudar en tareas o áreas que exceden tu responsabilidad.

– No admitir y beneficiarse de las competencias y experiencias de otros.

– Ser rencoroso.

– Evitar las reuniones o los espacios de conexión o interacción.

– No escuchar las ideas u opiniones de los demás.

– Menospreciar el valor de nuevos enfoques o miradas.

– Retomar discusiones sobre decisiones ya validadas y confirmadas.

– Plantear dudas entre los colaboradores del equipo.

– Faltar al cumplimiento de plazos y deadlines.

– Sobre exigir al líder y depositar todo el peso sobre sus espaldas.

Construir equipos cohesionados y efectivos no es una tarea sencilla, pero es fundamental para el éxito de una organización. Requiere disciplina, coraje y persistencia por parte de los líderes y los miembros del equipo. Es importante reconocer y abordar los comportamientos que indican disfunciones en el equipo, como ocultar debilidades, evitar el conflicto, no aprovechar las habilidades de los demás y no cumplir con los compromisos establecidos.

Armar equipos sólidos implica superar los obstáculos y promover una cultura de confianza, comunicación abierta, compromiso, responsabilidad compartida y enfoque en los resultados grupales. Analizar y abordar estas problemáticas en nuestros equipos nos permitirá alcanzar un mayor nivel de productividad y éxito en conjunto.

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